El Cercado Cristo, al lado de la ermita de Piedrasanta, volvió a convertir ayer a Pedroche en el referente de la comarca con una iniciativa que sigue encontrando adeptos y su razón de ser en la necesidad y las ganas de valorar el pasado. La iniciativa «Nuestras Tradiciones» volvió a recrear otro mundo, otras costumbres, las de antaño.
Lo más curioso, como viene siendo habitual, fue poder ver in situ una recreación de las labores propias del campo: la preparación de la tierra, la siembra o el arado. Pero no solo de la tierra, también los trabajos propios de la ganadería como el esquilar una oveja o el ordeño de cabras. Esa recreación convivió con la escenificación de otros modos de vida que pasaron por la forma de existir en una choza o la manera de educar en una escuela rural.
Las labores atribuidas a las mujeres también estuvieron muy presentes y se pudo comprobar la dificultad del encaje de bolillos o los trabajos de la costura. El presente también se hizo un hueco a través de los numerosos puestos que se habilitaron para la venta de productos tradicionales como dulces típicos de la localidad o el gazpacho, pero también con productos que hacían un guiño a nuestra realidad de hoy.
Los asistentes pudieron hacer con un plato de migas y pudieron acercarse hasta el Centro de Interpretación de las Siete Villas, que permaneció abierto para conocer sus infraestructura y que acogió una exposición de taxidermia.
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