Los Juegos Olímpicos consiguen reforzar el sentimiento patriótico de cualquiera, más si uno tiene que madrugar considerablemente para ver tocar el primer oro. España se ha levantado con su primera medalla de este metal gracias a Mireia Belmonte, pero cuando el ajuste horario se produce se vuelve a la realidad y el oro pasa a teñirse de otro color. España sigue en negro, sin gobierno y con una situación que consigue hastiar hasta al más paciente.

La batuta estos días la maneja Albert Rivera, el líder de Ciudadanos, que parece ser como ese yerno que toda suegra quisiera tener. Un ‘chico bueno’, con buena planta, siempre perfecto, impecable, dejándose la piel por España y los españoles. Tal es su dedicación por este país que a Rivera se le perdona cualquier incoherencia. Si hace unos meses decía que a Mariano Rajoy ni sí ni abstención, ahora le pone seis condiciones para empezar a negociar el sí. Pero todo por España y los españoles. Es la doble vara con la que medimos casi siempre las cosas en este país.

¡Ay si los pasos atrás los dieran otros! Pero Rivera parece saber tocar en las teclas necesarias para tener de su lado a gente influyente de un lado y del otro. Y eso es precisamente lo que a otros no nos encaja. Pues eso, que el bueno de Rivera ha puesto sus condiciones para pactar el sí, unas premisas que pasan por la reforma de la Ley Electoral, la eliminación de los aforamientos, la expulsión inmediata de cualquier cargo público imputado por corrupción política, acabar con los indultos por corrupción política, limitar los mandatos presidenciales a ocho años o dos legislaturas y crear una comisión parlamentaria para investigar el caso Bárcenas. Condiciones que estarían supeditadas a la puesta de fecha y hora para la sesión de investidura. Esperemos que las condiciones durante la legislatura o las propuestas vayan más encaminadas a cambiar la situación social de este país.

Mientras tanto, el PSOE se mantiene en un segundo plano y sin moverse un ápice del no que ya vaticinó a Rajoy. Por cierto, una ausencia la de Pedro Sánchez muy criticada obviando la del presidente en funciones desde que en la anterior legislatura renunció al encargo del Rey de formar gobierno. Queda por ver ahora si el PP es capaz de conseguir los apoyos que necesita para formar gobierno porque con Ciudadanos no le basta y también queda por ver si la formación naranja pasa a formar parte de ese hipotético gobierno o se queda en la oposición. Al bueno de Rivera se le consiente cualquier pasito hacia atrás porque él lo hace por España y los españoles.

Por cierto, que ya han salido las primeras encuestas que manejan los partidos políticos ante unas hipotéticas terceras elecciones. Quién se atreva que les haga caso porque visto lo visto lo raro es que en este país se sigan haciendo encuestas y alguien las siga porque si los pasitos hacia adelante o hacia atrás se dan en base a lo que dicen igual más de uno se vuelve a pegar un batacazo.