El pasado 24 de enero, una vecina de la localidad de Pozoblanco sufrió un robo que asciende a más de 3.000 euros -dinero y joyas- tras ser engañada por dos individuos -un hombre y una mujer- que, según relata la víctima, «le hicieron perder la voluntad con alguna sustancia». El caso sigue todos los parámetros de los que se vienen denunciando por inhalación de la burundanga, conocida como la «droga de la voluntad» y que viene siendo utilizada en robos. Sin ir más lejos, el año pasado se registró un caso muy similar en la localidad de Dos Torres.
La víctima, cuya identidad no quiere que trascienda, ha relatado a hoyaldia.com los hechos. Fue el pasado día 24 de enero cuando la vecina de Pozoblanco se dirigía a una tienda situada en la Avenida Carmen Sallés. Una vez allí, y según su relato, se le acercó una chica joven que le solicitó ayuda y le relató que no tenía padre ni madre y que había salido del colegio de Córdoba. La víctima, apenada por la situación relatada por la joven, charló con ella hasta que entró en acción el cómplice de la joven, un hombre de 40 años.
El supuesto ladrón se acercó «casualmente» interesándose por lo que le ocurría a la joven y la víctima le instó a acompañarla a donde la joven solicitaba ir. Según relata la víctima «dejé a los dos allí y un poco más adelante me encontré en un coche a los dos y me dijeron que subiera, ya me habían dado lo que fuera porque yo no era consciente de nada. Algo me tuvieron que dar porque si no yo no me subo a un coche con desconocidos». Una vez en el interior del vehículo, los estafadores llevaron a la víctima a su casa donde ésta cogió la cartilla bancaria y su documentación para posteriormente ir a una sucursal bancaria donde sacó 3.000 euros que dio a los impostores además de las joyas que llevaba encima. «Ella decía que me las quitara, que me las iban a robar y yo me las quité como si nada», relata la víctima.
Sobre las dos del mediodía la víctima volvió a su casa donde su marido sospechó por encontrarse la puerta abierta y conforme fue pasando el tiempo la mujer completó el relato. Poco después, el matrimonio se dirigió al cuartel de la Guardia Civil para interponer la pertinente denuncia y allí mismo los agentes les mostraron fotografías sin que la víctima reconociera a ninguno de ellos. «La chica era muy joven y el hombre tendría unos 40 años, ambos eran españoles», apunta esta vecina que esta misma mañana ha querido anular todo el proceso tras ser llamada al juzgado porque «ni los van a encontrar ni voy a recuperar nada y yo no quiero estar todo el día con esto después del susto».
La víctima reconoce que «ha pasado unos días muy malos, dándole vueltas a la cabeza» pero que ahora «me encuentro bien porque por lo menos me han robado pero puedo contarlo». Aunque quiere que su identidad no se haga pública, sí ha querido contar su historia para que «las personas estén alerta».
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