El Sindicato de Enfermería SATSE ha relanzado en Andalucía su campaña “#Stop Agresiones. Nada justifica una agresión” que pretende concienciar sobre el grave problema de la violencia hacia los profesionales de la sanidad pública. SATSE ha adoptado esta medida ante las agresiones producidas durante las últimas semanas en centros sanitarios andaluces y los datos que elevan a 213 las registradas durante el verano, casi 2,5 diarias.
En concreto, desde el 1 de junio a 31 de agosto de 2018, fueron 213 el número de agresiones que se han producido en Andalucía, según los datos del registro de agresiones ofrecidos por la propia Consejera de Salud, Marina Álvarez, en el Parlamento de Andalucía, 52 de ellas físicas y 161 verbales o amenazas Por provincias fueron 17 en Almería, 19 en Cádiz, 23 en Córdoba, 9 en Granada, 23 en Huelva, 30 en Jaén, 49 en Málaga y 43 en Sevilla.
Ante esta situación el Sindicato de Enfermería continuará con la campaña que vienen desarrollando desde el pasado mes de marzo bajo el lema “#Stop agresiones. Nada justifica una agresión” y que sigue la línea de la iniciada en 2005 bajo el lema “La agresión no es la solución”.
La campaña del Sindicato de Enfermería busca sensibilizar a los ciudadanos sobre la necesidad de que se mantenga, en todo momento, una relación de respeto y confianza entre profesionales, pacientes y familiares. Asimismo, se recuerda que los problemas y carencias que pueden llegar a sufrir pacientes y familiares no son responsabilidad del profesional, el cual también los sufre y hace todo lo posible para que no se vea afectada la calidad de la atención sanitaria.
De manera paralela, se reclama a las administraciones públicas y empresas sanitarias privadas que se pongan en marcha todas las medidas preventivas necesarias para evitar en todo lo posible las agresiones a las enfermeras y enfermeros, y que se asegure también que, si se produce una agresión, son atendidos y apoyados a nivel profesional y personal en todo momento.
Entre otras medidas preventivas, el Sindicato de Enfermería destaca la importancia de aumentar la formación de los profesionales para afrontar situaciones conflictivas; desarrollar protocolos de actuación ante agresiones que no se queden en el papel, o continuar con la implantación de actuaciones disuasorias, como la instalación de timbres en las plantas, así como investigar en cada caso qué ha podido generar que un ciudadano agreda a un profesional de mientras le atiende y le cuida.
Por último, SATSE plantea otras medidas como la actualización del Plan de Prevención del SAS y la creación de un Observatorio autonómico contra la violencia en el ámbito sanitario, que apoye y mejore las acciones y medidas en los servicios sanitarios públicos, así como en los centros privados, para evitar, reducir y minimizar las agresiones y sus consecuencias.
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