Se acabaron las vacaciones para casi todos con la llegada de septiembre, mes que también marca el inicio del nuevo curso político. Un periodo que en Pozoblanco vivirá cambios sustanciales porque, si todo sigue el guión establecido, el curso político que se inicia hoy finalizará con un alcalde diferente tras el cambio de cartas que tiene que producirse el 13 de junio de 2017 con el relevo en una alcaldía que pasará a manos del popular Santiago Cabello.

Pero por encima de ese hecho, el Ayuntamiento de Pozoblanco tiene varios frentes abiertos a resolver o planificar en estos doce meses que deben ser determinantes para el municipio. En primer lugar, aparece en el apartado de cuestiones a resolver el problema de la falta de limpieza en la localidad, un viejo problema que tendría que verse reducido con el cambio de empresa aprobado en pleno, pero que sigue generando las mismas dudas. En una entrevista concedida a este medio, el concejal de Urbanismo, Manuel Cabrera, apuntaba a que su reto era que Pozoblanco fuera otro en temas de limpieza en agosto de 2016. Una vuelta por las calles de la localidad basta para percatarse de que para conseguir el reto habrá que darle una moratoria.

El tema de las inversiones aparece como otra de las claves a desarrollar durante este curso, ya que hasta la fecha poco se ha avanzado en este sentido, más allá de plantear la poco exitosa encuesta sobre el futuro del Mercado de Abastos. Nada se sabe, salvo que «siguen adelante», del resto de inversiones aprobadas por pleno pero ante las que no se ha visto ningún movimiento a excepción de las dudas creadas en torno a alguna de ellas por parte del equipo de gobierno -véase el ejemplo del antiguo Centro de Salud donde parece que el consenso ha tardado en llegar-.

Otro de los temas que aparecerá en los primeros meses de este curso será el pliego de condiciones técnicas de agua y alcantarillado que ha sido encargado a una empresa por 12.000 euros, según Cambiemos Pozoblanco, por lo que habrá, a buen seguro, voces en contra de esta decisión. Solucionar las desigualdades laborales entre el personal del Ayuntamiento, la agilización de trámites o la apertura de Canal 54 son otras de las cuestiones que quedan en la casilla de pendiente.

Todo ello en un ambiente político de aparente tranquilidad que se queda muchas veces en eso, apariencia. Si algo desde el inicio de la legislatura han hecho Pozoblanco en Positivo y Partido Popular es intentar lavar los posibles «trapos sucios» o discrepancias en el ámbito de lo privado. Sin embargo, cada vez es más patente la diferencia entre los dos grupos y entre algunos de los concejales de uno u otro lado. De puertas para fuera esas diferencias ya son perceptibles y se manifiestan, sobre todo, en las responsabilidades sobre ciertos temas que unos a otros se pasan como si de una pelota se tratase. Mediáticamente ya ha habido varios ‘tirones de orejas’, casi todos de los concejales de Pe+ a los del PP, y fuera del foco hay quien ya no se muerde la lengua para hablar de sus socios de gobierno. Queda también por ver si durante este curso político, la oposición muestra algo de arrojo y capacidad de exponer la realidad. Como casi siempre en los últimos años en Pozoblanco, nos queda un curso por delante, cuanto menos, interesante.