Acostumbrada a escribir crónicas aún no se hace a la idea de que ella será la protagonista de algunas de las de la Virgen de Luna 2019. Tras décadas escribiendo todo lo relacionado con la romería de la patrona de Pozoblanco, Mari Luna Castro, la pregonera de 2019, pasará al otro lado y lo hace con el pudor propio de quien entiende el periodismo como un oficio donde la línea entre el contar y el protagonizar no debe ser traspasada. Se siente más cómoda al otro lado, pero la decisión tomada por la Cofradía le convertirá en la segunda mujer que pregone la Virgen de Luna en solitario, algo que hizo Mari Carmen Fernández en 2014. Un orgullo y una responsabilidad, así define su designación.
No recurre a la falsa modestia cuando argumenta que una de las sensaciones que tiene es que “no creo que mi opinión sea importante, que yo tenga algo qué decir para que me nombren pregonera”. Lo dice con total sinceridad. Y de ahí que “nunca” pensara que la relación que tiene con la Virgen de Luna, que es doble porque la vive como pozoalbense y también la absorbe, cuenta y narra como periodista, le llevara hasta el punto en el que se encuentra. Esa reflexión, que nace de una profunda convicción, nos lleva a la que no fue la primera pregunta, pero sí a una importante, las razones que le condujeron a aceptar esta designación. Porque esa contestación deja entrever muchas de las cualidades de Mari Luna Castro, pero sobre todo dos, su compromiso y su visión de aquello que le rodea.
“El año pasado escribí un artículo en la revista de la Virgen de Luna y decía que a lo largo de los treinta años de pregones tan sólo había habido dos mujeres, una que lo hizo junto a su marido, María Teresa Priego, y otra que lo hizo en solitario, Mari Carmen Fernández. En ese artículo venía a decir que ya era hora de que la mujer volviera a ser protagonista, pero en ningún momento me postulé y así se lo hice saber al Capitán, Juan García. Pensaba más en mujeres que están cercanas a la cofradía, en las mujeres de los hermanos porque viven la romería de una manera totalmente diferente; los días antes, los preparativos porque saben cómo lo viven ellos y ellas están a su lado. Es un mundo que creo que es interesante conocer y pensaba más en ellas, desde luego nunca en mí. Pienso que hay mujeres más capacitadas para hacer un pregón que yo. Después de escribir aquello, si te ofrecen ser pregonera, cómo dices que no, no me parecía correcto. Creí que tenía que hacerlo”.
Ese compromiso y coherencia le llevó a decir un sí que le ha mantenido durante semanas escribiendo, tomando ideas, levantándose a la hora que fuera para apuntar cualquier idea que surgiera y que no quería que cayera en el olvido. Quien diariamente se enfrenta al folio en blanco esta vez lo hacía, pero de una manera diametralmente opuesta. Objetividad versus subjetividad; concisión versus desarrollo; voz en tercera persona versus voz en primera persona. Una tarea nada fácil.
Pregunta: Empecemos por el que podría ser el principio, ¿qué relación mantiene con la Virgen de Luna?
Respuesta: Mi relación con la Virgen de Luna puede ser como la de cualquier pozoalbense de a pie, obviando la relación que tengo por mi profesión. Es evidente que la vivo de dos maneras, como periodista y como pozoalbense. En mi faceta de ciudadana es como la de cualquiera, no tengo antecedentes familiares que tengan relación con la cofradía. Los recuerdos son con mis padres cuando empiezas a acudir al santuario, los detalles que nos enseñaban de la fiesta, la historia de la Virgen, de la aparición, el ir, el tirar de la soga. También está el compartir con los amigos, porque se pasa de compartir ese día con la familia a hacerlo con los amigos para luego volver al núcleo familiar, ya con el que tú has formado y vuelves a ir esta vez con tus hijos e intentas inculcarles a tus hijos la devoción que has tenido.
P: Una de las razones esgrimidas por la cofradía para su designación fue el hecho de que a través de sus crónicas muchas personas se han podido acercar a la Virgen de Luna. Cuénteme cómo ha vivido todas estas tradiciones desde el punto de vista profesional.
R: Prácticamente desde los 16 años he estado trabajando en la radio, por lo que son ya muchos años contando la Virgen de Luna. Los primeros años me quedaba en el estudio porque hacía el control y vivía la romería dándole paso a la gente que llamaba y coordinaba las conexiones con los compañeros que estaban en el santuario. Hay que tener en cuenta que las coberturas de por aquel entonces eran totalmente diferentes porque no teníamos los medios técnicos que hay ahora.
Recibía las llamadas de gente que estaba fuera. Entonces no se escuchaba la radio por Internet, pero las personas sabían que era la romería y entraban en directo para contar sus vivencias, era muy emotivo porque cuando la gente está fuera vive las cosas de su pueblo de otra manera. Era emocionante porque notabas que las personas se emocionaban, era bonito ver cómo la gente expresaba sus sentimientos y no les importaba desnudarlos para que otros los escuchasen. Esa vivencia sí que la he tenido. Luego, cuando los compañeros entrevistaban a gente que hacía el camino veías como personas que durante el resto del año no expresan su devoción o eran más recatadas, porque en Pozoblanco somos austeros en este sentido, en ese momento se sinceraban y expresaban sus vivencias más íntimas.
En los últimos años sí estuve haciendo retransmisiones, tanto para la Voz de Los Pedroches como para Radio Guía. Normalmente vas al camino en las primeras horas, hablas con grupos de amigos, con familias, les preguntas cómo están viviendo el día, cuál es su relación con la Virgen. Y una vez que llegas al santuario toca organizarlo todo para la retransmisión de la eucaristía y para los momentos centrales como la homilía o la jura de bandera de los nuevos hermanos. Y cuando se termina la misa es de nuevo la gente la protagonista entrevistando a personas que, por unas circunstancias u otras, dan un significado especial a la romería.
P: ¿Y está preparada para ser ahora usted la entrevistada?
R: Pues la verdad es que no. Considero que nosotros no tenemos que ser protagonistas de nada y tengo pudor, sí. No me encuentro a gusto. No sé si cuando yo hago una entrevista las demás personas se sienten así –risas-. Se trata de asumir un protagonismo que no creo que me corresponda, mi trabajo es contar lo que veo y creo que no es interesante lo que piense o haga. Me resulta complicado pasar al otro lado.
P: Me ha hablado de la radio, pero lleva décadas firmando las crónicas del Diario Córdoba.
R: Es cierto. Es muy bonito contar e intentar transmitir lo que se vive en el santuario, transmitir y plasmar los sentimientos que ves, contarlos y que la gente de fuera aprecie cómo es la romería de la Virgen de Luna, sus peculiaridades, porque las tiene. Eso te obliga a reciclarte porque la historia es la misma todos los años y tienes que intentar buscar cosas nuevas, elementos novedosos, mirar de otra manera, buscar siempre algo diferente. Es algo complicado porque las tradiciones son las tradiciones y consisten en variar poco.
P: Fue una noche de verano cuando recibió la llamada del Capitán de la Cofradía. ¿Qué se siente en ese momento?
R: La primera sensación fue de asombro, después me abrumé. Yo soy una persona que escribe, no tengo ningún inconveniente en escribir, en contar las cosas, en acercarme a la gente por cuestiones de trabajo. Esa es la Mari Luna periodista. Ya contar algo mío, lo de dentro, me cuesta más trabajo. Reitero que todo parte de mi concepción de que considero que no somos protagonistas de nada, sino portavoces de las personas. Por un lado, agradeces que te tengan en cuenta, eso es indudable, y por otro te abrumas porque piensas si serás capaz de hacerlo. La gente puede pensar que por el hecho de que te dediques al periodismo estás preparada para esto, pero no tiene nada que ver. En un pregón tienes que sacar algo de ti, de tus adentros, es algo totalmente diferente. Temo que la gente espere de mí más de lo que yo pueda dar. Eso me preocupa.
P: ¿Cómo ha sido el proceso de creación de ese pregón?
R: Al principio fue muy fluido, tenía claro lo que quería decir, el final y lo que quería transmitir. Tengo tres ideas que quiero decir, que no son originales, pero son las que quiero transmitir y en las que me sumo a algunas cosas con las que estoy de acuerdo y por las que abogo. El arranque también lo tenía claro, me faltaba el desarrollo. Nosotros estamos acostumbrados a sintetizar mucho y entonces plantearme estar media hora o tres cuartos de hora, como mucho, hablando para mí era complicado. A mí dime que te escriba en diez líneas lo que quieras, pero el proceso contrario es complejo. Luego, un pregón del que ya ha habido treinta ediciones da pie a pocas innovaciones, eso es así. También tenía claro que yo quiero hacer una cosa sencilla porque pregonar no deja de ser anunciar algo.
Pero me inquieta un poco el hecho de que la gente pueda pensar que al ser periodista lo tenemos todo hecho. El ser periodista no tiene nada que ver con ser escritor o poeta, nada que ver. A lo mejor hay personas que pueden esperar de mí algo que yo no soy.
P: Haciendo y confeccionando el pregón, ¿ha hecho el ejercicio que hacían sus oyentes de desnudar sus sentimientos? ¿Le ha valido para algo todo este proceso?
R: Me ha servido para preguntarme cosas a mí misma, para plantearme determinadas cosas relacionadas directamente con mis creencias y mi devoción hacia la Virgen de Luna. Con todo, yo he querido hacer un pregón que tiene que ver a lo mejor más con la parte social, porque otras de las cosas que pienso es que quién soy yo para decirle a la gente lo que tiene que decir o hacer.
P: El 12 de julio de 2018 se hace público su designación y llegan las reacciones, ¿qué tal han sido esas muestras de cariño?
R: Me han sorprendido muchísimo porque me ha felicitado mucha gente, pero es que además lo han hecho con cariño y eso me ha gustado. Yo soy una persona tímida, hay gente más abierta y es más lógico a lo mejor esas reacciones, pero yo soy tímida en mi vida y es que ha sido mucha la gente que se ha acercado, no sólo a mí sino también a mi familia, para felicitarme.
P: Esta vez no escribirá la crónica, pero ¿tiene ganas de leer las que se escriban sobre su pregón?
R: Pues casi que no. (Se ríe y devuelve la pregunta, ¿vais a ser sinceros?). La gente me dice que sobre todo haga algo que me salga del corazón, que me salga de dentro. Yo soy muy austera, muy taruga, no soy una persona de grandes alardes y por ahí irá mi pregón.
Esas crónicas, que dice no querer leer, irán firmadas por los que son sus compañeros de profesión, un oficio que estará bien representado sobre el escenario y no sólo por la pregonera, también por los detalles. De principio a fin rehúye del protagonismo, pero en 2019 ella será parte de la historia de la Virgen de Luna. Su nombre quedará inscrito con el de otros hombres y mujeres anunciando la llegada de la romería y la patrona a Pozoblanco.
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