Fue, principalmente, un día festivo. El Club Promesas Baloncesto Pozoblanco celebró sus veinticinco años de historia y lo hizo aunando presente y pasado de una entidad que quiere seguir cumpliendo años. La jornada comenzó a las nueve de la mañana y se alargó hasta entrada la noche ya que hubo espacio para el juego, los homenajes y la presentación de los equipos que conforman en esta temporada el Club Promesas Baloncesto Pozoblanco.
El eje de la actividad se centró en el torneo generacional que congregó a numerosas generaciones de jugadores y jugadoras en la pista del Juan Sepúlveda. Un total de 255 jugadores divididos en 19 equipos diferentes en dos categorías, la masculina y la femenina. Desde las nueve de la mañana todos los equipos buscaron las finales, que se disputaron ya por la tarde a pista completa, aunque lo importante fue disfrutar del deporte de la canasta.
Y se disfrutó porque, además del juego, estuvieron presentes los reencuentros de generaciones que volvieron a unirse tras años. Ocurrió lo mismo con el homenaje a las directivas que se han ido sucediendo, también a la del germen del baloncesto en la localidad, lo que permitió que quienes han estado en la dirección y, por tanto, han trabajado desinteresadamente por la supervivencia del baloncesto se reencontraran y recibieran un bonito homenaje que culminó con las emotivas palabras del actual presidente, Juan Antonio Romero.
Romero destacó el trabajo realizado por sus antecesores en el cargo, así como por todas las juntas directivas y resaltó los valores que siempre ha defendido una entidad que se considera como «una gran familia». La jornada festiva continuó con la presentación de todos los equipos de la temporada actual y finalizó con la disputa de las dos finales, la femenina y la masculina. Por lo demostrado, le queda mucho tiempo de vida al baloncesto pozoalbense por delante.
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