El 18 de julio de 2011, Pablo Carrillo y Benito García se sentaban ante los medios de comunicación para informar de la presentación de una moción de censura que les permitiría asumir la alcaldía y las labores del equipo de gobierno en detrimento del por aquel entonces cogobierno formado por el Partido Popular y el Partido Andalucista después de las elecciones de mayo de aquel mismo año. Una fecha curiosa que permitió las bromas, ya que la moción de censura se presentó el mismo día del 75 aniversario del golpe de Estado que propició la Guerra Civil, aunque Benito García se apresuró a decir que aquello era un “pronunciamiento democrático” en contra de lo que fue el levantamiento militar.
La legalidad de aquella acción no se puede poner en cuestión, PSOE y CDeI utilizaron una herramienta que la ley contempla para, según ellos, llegar a un acuerdo que se basaba en la “buena fe y en la lealtad”. Y digo se basaba porque a estas alturas del cuento eso ya no se lo cree nadie. Estamos asistiendo impertérritos al juego que están realizando dos grupos políticos que un día nos dicen blanco y otro día negro y que, todo apunta, a que finalmente jueguen una última partida donde borren todo lo acontecido y sigan “de la mano” la dirección de un Ayuntamiento y una ciudad que no se merece lo que está viviendo.
No me queda la menor duda de que las últimas acciones ante los medios de comunicación escenifican una lucha de poder, órdagos para decirle al socio de gobierno convertido en casi rival, ¡ojo que puede sacar mi artillería!. Pero no nos engañemos. Ya no más. La artillería de unos y otros es totalmente distinta y no pareja como nos quieren hacer ver. La fuerza del CDeI se la da el respaldo que tiene de los suyos, el discurso que le aupó a ser la segunda fuerza más votada en las últimas elecciones, el arte que tiene Benito García de sacar de los contratiempos un rédito político nunca visto en Pozoblanco con anterioridad. Pero ahí se acaba su artillería. El CDeI podría ser expulsado del equipo de gobierno hoy mismo, a base de decretazos, algo que conoce bien García. Y volvería a ser una herramienta legal.
Por el contrario, quien tiene la sartén por el mango es el PSOE. La firma de un decreto le quitaría de un plumazo sus problemas más inmediatos. A gobernar con cuatro concejales, difícil, pero igual más fácil que estar viajando con alguien en el que no se confía. ¿El problema? Pues que el PSOE cada vez está más perdido a nivel interno, ya no es el partido cohesionado de antaño y muchos de sus militantes están hartos de un pacto que consideran que nunca se debió firmar. Pablo Carrillo y los suyos no tienen el apoyo que posee su socio de gobierno y saben que cualquier paso hay que darlo con cautela, también mirando ya a las próximas elecciones municipales para las que cualquier decisión resulta vital. En alguna Asamblea socialista se ha puesto sobre la mesa eso de quedarse en el gobierno en solitario y si no se hace no es por otra cosa que por las posibles consecuencias en la cita electoral.
Con este dibujo, en unos días, más pronto que tarde el CDeI y el PSOE nos volverán a decir que han reconducido la situación, que las diferencias no son tan extremas, que se llevan bien. Eso lo dicen en los medios, fuera de cámara la realidad es otra, muy distinta. Y ya está bien de ocultarla. Evidentemente, mantienen el tipo, hablan, pero la confianza está rota y lo que es, aún peor, la paciencia se está agotando. Unos empiezan a conocer a los otros y viceversa y lo que están descubriendo no es de su agrado. Y, por su supuesto, se han dicho cosas que dan muestras de todo ello. El CDeI habló de faltas de respeto, de ninguneo, de torpeza, pero el PSOE dio ayer un paso más al nombrar el problema que mantiene Benito García y Josefa Márquez en los juzgados. Hasta ahora la ley del silencio había imperado. Golpe bajo.
Decía la semana pasada Antonio Jimeno en su blog, Sociedades Binarias, que el pacto seguiría hacia delante con la sensación de que un puñal por la espalda podría ser clavado en cualquier momento. Creo que la descripción de la situación no puede ser más acertada. Y restan dos años de legislatura con una ciudadanía que cada vez está más hastiada de tanta disputa, de tanta escenografía y tan escasos resultados. Esa es otra, hablan los dos grupos –en algo están de acuerdo- de que su programa electoral se ha cumplido a un 60 por ciento. Lo acabo de leer y el porcentaje, que ya me parecía elevado para dos años de legislatura, me parece más que inflado.
¿Mi apuesta? El status quo no se va a mover porque ni a unos ni a otros les interesan las consecuencias. El PSOE no se va a arriesgar a perder en dos años lo que creen ganado y el CDeI no va a romper un pacto que dejaría fuera del gobierno a sus concejales. A ninguno les interesa. ¿Mi propuesta? Que “firmen la paz” de cara a la galería y que se pongan manos a la obra para llegar a ese 60 por ciento de cumplimiento del programa electoral conjunto, como se repartan la representación institucional, las delegaciones o los secretarios ya es problema suyo. Los del pueblo, al que tanto mencionan, son otros.
¿Y cuáles son los problemas del pueblo? O afinando la pregunta ¿qué parte del pueblo quiere resolver qué problemas? Que yo sepa, lo que hay mandando lo ha puesto el pueblo. El pueblo votó a Benito y al PSOE en el 2007, y el pueblo votó a Benito y al PSOE en el 2011. El pueblo tiene lo que quiere, y así lo rubrica, lo confirma y lo ratifica en tantas ocasiones como tiene de hacerlo.
Me resulta cansino que se reinterprete la voluntad del pueblo por los opinadores en cada ocasión que se les presenta, porque parece que el pueblo no viéramos lo mismo que ven los opinadores. ¿Os creéis más listos que el pueblo? ¿Pensáis que con vuestras razones nos vais a desviar de las nuestras? ¿Consideráis vuestras razones superiores a las nuestras?
¿Qué os hace pensar que nosotros no vemos falta de polígonos industriales, de residencias de ancianos, los impuestos más altos entre los municipios de España, bochornosas desalineaciones en grandes avenidas, calles que son arterias vitales para el pueblo cortadas al tráfico por capricho del gran lidl, un urbanismo desastroso, incapacidad absoluta de plantear iniciativas que animen económicamente al pueblo, incapacidad absoluta de defensa de los intereses del pueblo frente a las administraciones, …?
TENEMOS LO QUE QUEREMOS Y NOS GUSTA ASÍN, A VER SI LO RESPETAMOS.