Si hay algún aspecto que caracteriza al Salón del Libro es el de aunar el aprendizaje con la diversión. Aunque esta iniciativa surge en torno a la lectura, durante los días de celebración ofrece diversas actividades a quienes se acercan. Este año volvemos a encontrarnos talleres encaminados a cumplir este compromiso y objetivo como son el de medio ambiente o el de máscaras. Talleres que cuentan con la complicidad de los más pequeños que se acercan para realizar diferentes tareas. La propuesta este año se ha visto ampliado con un taller de ábaco que permite acercar las matemáticas de manera divertida y casi tangible.
Hoyaldia.com acudió a uno de esos talleres y charló con su responsable para conocer los detalles de este aprendizaje. José Carlos Antolí es el responsable del programa “Aloha Mental Arithmetic” en la provincia de Córdoba, un programa que “trata de desarrollar habilidades cognitivas en los niños como pueden ser la atención, la concentración, la memoria visual y las habilidades lógico-matemáticas, a la vez que favorecemos el amor por las matemáticas”.
Para conseguir estos fines utilizan los ábacos como herramienta de cálculo, de ahí su participación en este Salón del Libro. “Enseñamos el cálculo físicamente para que los niños vayan aprendiendo pero también a visualizar el ábaco, que lo vean en su mente”. Un hecho, el de la visualización, que va a permitir “el desarrollo de una serie de habilidades a la vez que van cogiendo rapidez mental y trabajando la atención”.
La actividad en esta parte del Salón no cesa y durante las mañanas sus responsables realizan e imparten talleres que oscilan entre los veinte y los veinticinco minutos y en los que aprovechan para “introducir al ábaco” a sus participantes. Luego, la experiencia provoca que se realice una invitación para llegar de nuevo en las jornadas vespertinas, esta vez, de la mano de los padres.
La respuesta de los participantes no puede ser más positiva porque por fin “cogen” las matemáticas. “La ventaja que tiene este sistema es que los números son abstractos, aquí los están tocando y el hecho de que puedan realizar una operación tocándola es algo que les atrae”, nos cuenta Antolí, que defiende la realización de actividades lúdicas como esta para “aprender divirtiéndose”.
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