La matanza del cerdo ibérico sigue siendo una de las tradiciones gastronómicas que se conserva en la comarca de Los Pedroches tanto a nivel industrial como domiciliario. Muchas familias mantienen vivos “los secretos” de una apuesta gastronómica que permite mantener las despensas llenas de productos derivados del cerdo ibérico año tras año. Mantener esa tradición viva no siempre es fácil por eso algunos ayuntamientos de la comarca vienen poniendo en valor este proceso exponiéndolo al público desde su inicio. Si la semana pasada eso ocurría en Alcaracejos, ayer sábado la Plaza de España de Villanueva de Córdoba acogía un ritual que nace en plena dehesa con la cría del cerdo ibérico.

Como viene siendo habitual, el público pudo seguir el proceso de despiece, picado, aliñado y embuchado de las carnes y grasas de la mano de verdaderos expertos. En esta ocasión, esa labor recayó en Francisca García, matancera mayor que a sus 76 años atesora muchos días de matanza a sus espaldas debido a su vinculación con el mundo del campo. De su mano, se procedió al aliñado de las carnes y su experiencia fue vital para que cada ingrediente se añadiera en su justa medida. Porque ese es uno de los secretos de los chorizos, salchichones o la morcilla. Oler el aroma de cada especie, verterlas en las grandes artesas de madera y luego preparar una masa que se convertirá en los exquisitos productos que salen de este trabajo cuando el tiempo actúa y entra en juego el proceso de curación.

De esta forma, el público se pudo acercar a una tradición que mantienen viva cientos de personas en los diferentes pueblos de Los Pedroches, aquellos que prefieren sus productos caseros a pesar del arduo trabajo que requiere una matanza donde la experiencia es uno de los aspectos más destacados. Y por ello, el Ayuntamiento de Villanueva de Córdoba programó varios talleres para acercar a los más jóvenes a esta tradición. Una veintena de niños participaron en talleres sobre la matanza y sus elaboraciones acercándose a este mundo y conociendo de cerca algunos de los procesos que se realizan.

El buen tiempo aumentó la asistencia de público con respecto a otros años y también permitió que las actividades de ocio programadas en torno a esta Fiesta de la Matanza gozasen de éxito, algo que revirtió en la hostelería de la localidad y en los artesanos y empresarios que optaron por completar la oferta gastronómica. Además, el público pudo disfrutar también de la música del grupo Jara y Granito y el flamenco del cantaor Antoni de Pozoblanco que pusieron el punto musical a la jornada festiva.