Cinco días después del inicio del curso para las etapas de Infantil y Primaria es hora de que el alumnado de ESO, Bachillerato y Ciclos Formativos regrese a las aulas. Los centros ultiman los detalles y se preparan para un curso donde la pandemia del Covid-19 marcará el ritmo y el día a día. Mientras llega esa apertura, los equipos directivos han trabajado con las órdenes e instrucciones que han ido llegando, a veces sobre la bocina, para adaptarse a las mismas y crear los entornos más seguros. Todo dentro del contexto y situación que tiene cada centro y que le posibilita unas opciones u otras. El trabajo ha estado encaminado hacia el mismo lugar, más que nunca dar seguridad al alumnado.
Para ello, todos los centros han precisado de un planteamiento organizativo diferente al de otros cursos escolares enfocado a preservar la distancia, evitar las aglomeraciones y mantener los grupos de convivencia. En este sentido, el IES Los Pedroches ha planteado «la división del instituto en dos centros totalmente diferentes para evitar el contacto entre niveles», según nos explica el director del centro, Fernando Tamajón, y el coordinador Covid-19, Juan Lozano. Habrá, por tanto, dos vías de entrada y dos de salida, acceso escalonado del alumnado -unos grupos tendrán que estar en clase a las 8:30 horas y otros cinco minutos después- y una separación que también afectará a los recreos. Todo ello, sin olvidar un protocolo que el alumnado tendrá que asimilar: toma de temperatura en casa, pasar por las alfombras desinfectantes para acceder al centro, gel hidroalcohólico y el uso de la mascarilla.
El alumnado también se tendrá que acostumbrar a decir adiós a salir a los pasillos en los cambios de hora o a ir al servicio en el recreo ya que para evitar aglomeraciones en otro foco de posible contagio, el profesorado permitirá ir a los servicios en los minutos previos al arranque de la clase y también en los minutos finales. Nuevas normas a las que habrá que adaptarse desde el primer día porque si algo tienen claro en el IES Los Pedroches es que «todos tenemos que ir a una, tenemos que aunar esfuerzos para no romper el ciclo y tenemos que ser todos tajantes a la hora de aplicar el protocolo».
A simple vista podría parecer fácil, pero lo cierto es que el cumplimiento del protocolo Covid-19 ha puesto a los centros educativos a prueba durante un verano en el que no ha habido tregua. Tanto es así que a poco más de diez días del inicio del curso escolar se recibía otra instrucción donde se daba potestad de elegir a los centros por modelos de docencia presencial y telemática, docencia semipresencial con asistencia del grupo completo en los tramos horarios presenciales o docencia en modalidad semipresencial con asistencia parcial del grupo en los tramos horarios presenciales. El claustro del IES Los Pedroches optó por la docencia presencial y su director precisa que «todo está llegando tarde, entiendo que son ideas que se van dando a la Administración y se tarda en darle forma. La organización de los centros no se hace en septiembre, se hace en julio». Es complejo asumir que ese hecho, optar por una u otra modalidad, se deje a criterio de los centros cuando «nos debería venir impuesto por quienes tienen la responsabilidad en materia de Educación, te pasan la pelota, con lo que tenemos estamos haciendo todo lo que está en nuestras manos», apostilla el coordinador Covid del instituto pozoalbense.
La falta de recursos humanos, es decir, de profesorado impide al centro hacer más desdobles para bajar la ratio de cada aula, aunque al tener más de diez unidades y sobrepasar los 22 alumnos por clase al centro le corresponden dos profesores de refuerzo de los anunciados por la Consejería de Educación. Y entre tanto también hay que prepararse para un curso donde la primera evaluación se contempla como «una toma de contacto». «En nuestro centro se ampliaron conocimientos en muchas asignaturas, pero la primera evaluación estará enfocada a ver ese desfase y a que el alumnado vaya cogiendo el ritmo», explica Tamajón. Hay otra cosa que preocupa al claustro y es la anticipación, nadie quiere volver a vivir la interrupción abrupta del pasado mes de marzo y por eso desde el centro se ha fijado una única plataforma telemática que en el arranque del curso será vital para el alumnado y el profesorado. «Nos estamos formando en este sentido y también formaremos al alumnado para estar preparados», explican a la par que apuntan que en esta línea se dará una encuesta a las familias para ver qué condiciones a nivel tecnológico tienen en sus casas para detectar las necesidades. Y es que si algo no quieren los centros es repetir la improvisación vivida y con la que llevan conviviendo desde hace meses.
Toda esta planificación podrá ir cambiando en función de las circunstancias porque una de las premisas es que estas primeras semanas servirán para ver qué funciona y qué hay que mejorar. De momento, en el IES Los Pedroches tienen claro que una de las claves es la docencia presencial por ser «fundamental para el alumnado» y también que este curso escolar hay «una responsabilidad añadida» con la que trabajar y que hay que saber manejar.
Diferente centro, mismas preocupaciones
No cambian mucho las sensaciones ante el inminente curso escolar en otro instituto pozoalbense, el IES Antonio María Calero. El director del centro, Carlos Sánchez, y la coordinadora Covid-19, Lola Pena, nos detallan cómo han ideado una logística que pasa por establecer seis rutas diferentes para el alumnado. «Hemos organizado grupos de convivencia por niveles, cada grupo tiene una ruta utilizando las dos entradas del instituto entrando la mitad del alumnado por un lado y la otra mitad, por la otra entrada. Dentro de eso, en cada mitad habrá dos turnos de entrada y salida para repartir alumnos y que puedan seguir su ruta, además también hemos segmentado las pistas que tenemos para los recreos», explica Pena. El alumnado conocerá esas rutas de manera progresiva ya que el centro va a recuperar la actividad de manera muy escalonada. El primer día será para el alumnado de Formación Profesional y posteriormente se irán acogiendo a otros grupos a los que se les explicará a conciencia tanto la ruta a seguir como las nuevas normas que marcarán el curso escolar 2020/2021.
«Todo ha cambiado, cualquier norma que varía en un instituto requiere muchos cambios y ahora hemos cambiado prácticamente todo», apunta el director del centro que junto a su compañera resalta que «todo ha significado mucho trabajo, también de implicación del profesorado para poder hacer más desdobles y evitar tener aulas con una ratio excesivamente alto». Esto y la infraestructura del centro ha permitido que la ratio baje considerablemente con una media de 20 alumnos por clase. Al igual que en el IES Los Pedroches, hay alumnado que procede de otros pueblos y en ese apartado sí se considera que las medidas fallan porque «vienen todos juntos en un autobús, sin medidas de seguridad y nosotros ahí no podemos entrar, pero no es normal que aquí apliquemos esas medidas y luego vengan en un autobús si ninguna». Una preocupación que se hizo patente en las reuniones que los responsables del centro mantuvieron con las familias durante la semana pasada para informar de todas las pautas a seguir.
Hay preocupación, pero también optimismo y convencimiento en que «hay que explicar las cosas al alumnado de una forma didáctica, sin meterle miedo, hay que ser conscientes de que el aspecto emocional es muy importante porque se han vivido momentos complicados». «Está claro que la evaluación inicial será muy importante, no se puede quedar en un simple test, puede haber bastante diferencias y hay que hacer atención a la diversidad más que nunca, pero insisto en que la parte emocional es muy importante, no podemos meter excesiva presión al alumnado», afirma el director de un centro que también apostará por marcar criterios unánimes en cuanto a plataformas digitales e ir aplicándolas en el día a día para preparar a los estudiantes, pero también para «aprovechar las opciones que nos ha dado la crisis, es una metodología que vamos a ir incorporando a nuestro día a día». Ambos profesores hacen mucho hincapié en estar atentos tanto a la diversidad como a la variabilidad emocional.
En esa flexibilización que permite la Consejería, el IES Antonio María Calero ha optado en Ciclos Formativos por la docencia semipresencial, por lo que parte del alumnado estará siguiendo las clases en las aulas y la otra mitad lo hará en sus casas, alternándose esta situación. El centro se ha dado un plazo de tres semanas para evaluar este método y ver qué continuidad tiene. Se trata de ir mejorando un protocolo que se mantendrá como un documento «abierto y flexible» durante todo el curso porque habrá que afianzar lo que funcione y mejorar las cuestiones que tengan margen de mejora a través de «encuestas a las familias y también del ‘feedback’ con los alumnos».
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